No sé si será la crisis, pero últimamente vemos más campañas realistas y menos aspiracionales. La senda abierta por Pepsi ha sido seguida por Dunkin' Donuts en su ataque a Starbucks, y ahora le toca el turno a Burger King.
La cadena de hamburguesas ha lanzado una campaña agresiva, en la que pregunta a personas que ni siquiera han oído la palabra hamburguesa por su preferencia entre la Whopper o la Big Mac. Personas que no están nada sugestionadas por campañas anteriores. Aquellas que Burger King denomina "whopper virgins".
Y es que cuando estás en el sector de la alimentación y tienes un argumento como el sabor, no te puedes resistir a utilizarlo (o serías un incauto por no hacerlo). Sobretodo cuando no eres el líder; recuerda que jamás debes legitimar a tus perseguidores comparándote con ellos. Ahora bien, si eres un seguidor y tienes mejores atributos tangibles, explótalos.
La campaña está bien planteada, es atractiva, una producción impecable, llamará la atención y será sencilla de recordar por el público. Pero además, aportará un argumento demoledor.
Ahora bien, esto no impedirá que McDonald's siga siendo el rey (ironías de la vida). La experiencia que aporta a los niños es insuperable.
Siempre lo he comparado con Disney y Looney Tunes. McDonald's es más infantil, mientras que Burger King es más maduro, igual que Bugs Bunny no tiene nada que ver con la Sirenita.
Por eso vemos movimientos en ambos sentidos: McDonald's evolucionado hacia un restaurante y presentando menús más sofisticados, Disney promocionando series de adolescentes, Looney Tunes lanzando la versión infantil de sus personajes o Burger King regalando juguetes.
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