domingo, 7 de septiembre de 2008

Coherencia

Radio Televisión Española (rtve), la cadena de todos los españoles (no me refiero a su índice de popularidad, sino a su titularidad ya que la pagamos entre todos para que la controlen a su antojo unos pocos) ha renovado su imagen corporativa.



No tengo nada que objetar al trabajo realizado por la agencia, intachable desde el punto de vista técnico (salvo la mosca para televisión, que es horrible). Habrá a quien le apasione y a quien le provoque nauseas. Para gustos, los colores (nunca mejor dicho). Pero si quiero comentar dos reacciones.

En el spot de promoción se menciona que la "e" gana fuerza, ya que es la "e" de emoción y no se qué mas. ¡¡YO PENSABA QUE ERA DE ESPAÑA!! Mira que soy ingenuo.

Por otro lado, creo que la imagen corporativa es uno de los elementos claves de una marca. Hay que tener mucho cuidado con los cambios, ya que si lo hacemos a nuestro antojo podemos confundir a los clientes.

De hecho las marcas fuertes han aplicado pequeños re-stylings a sus logos para actualizarlos, casi inapreciables para el público, ya que son conscientes del valor de una marca. El Banco Santander cambió de imagen cuando se fusionó con el Central Hispano (¿recuerdan aquel BSCH en rojo y azul?). Una vez ganada la confianza de los mercados, y tras asumir que aquello había sido una absorción, el señor Botín recuperó su color rojo y la llama de toda la vida.

Otro ejemplo es Walt Disney, que ha aplicado 5 liftings a Mickey Mouse para mantenerlo joven, pero no se les ha ocurrido ponerle un piercing o transformarlo en en un murciélago.

En mi opinión, los cambios de imagen de marca deben ser coherentes y ser el reflejo de un cambio de estrategia de la compañía, de cambios internos profundos que obligan a presentarse de otro modo. En definitiva, te presentas de otro modo porque eres distinto. ¿Cuáles son los cambios que se han producido en rtve que justifican un cambio de imagen? ¿Nuevos contenidos, apuesta por la cultura, por la educación, por la producción nacional, por la música...?
Aunque bien pensado, este cambio es muy coherente con el modo de actuación de los actuales dirigentes, maestros de la puesta en escena sin contenidos, expertos en vender humo y esclavos de la estética. Una ministra no repite modelo de vestido en toda la legislatura, otra decide cambiar los colores corporativos de su ministerio (incumpliendo una ley, pero eso seguro que ni lo sabe) porque el malva le parece más apropiado que el amarillo...
Por cierto, ¿cuánto nos ha costado esta operación de cosmética?
Con la que está cayendo y nuestros dirigentes con el síndrome de la Señorita Pepi.

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