viernes, 4 de abril de 2008

Networking

Un programa de televisión publicaba recientemente una noticia que me llamó la atención.
En un bar se convocaba a propietarios de viviendas que tenían intención de alquilarlas y a personas que buscaban piso para alquilar.
En lugar de recurrir al anuncio clasificado en cualquier diario o página web, los organizadores pensaban que el trato personal sería mucho más eficiente.
A la entrada del bar se preguntaba a los visitantes si buscaban o alquilaban vivienda, y en función de su respuesta se les entegaba una pegatina de color amarillo o rojo para facilitar la conversación en el interior.
Además, los organizadores actuaban de "facilitadores" de conversaciones.

No es nada nuevo, ya que es la técnica habitual para organizar reuniones de networking en los países anglosajones. Pero me llevó a reflexionar sobre el modo de hacer networking que tenemos en los países de "sangre caliente".

Nadie va a venir a enseñarnos cómo hacer relaciones. Somos maestros, en el país con más bares por metro cuadrado del mundo.

Ahora bien, considero que nuestro "networking" está centrado en el proceso, mientras que en los países anglosajones está orientado al resultado.
Desconozco cómo acabó esta sesión de networking del alquiler. Estoy convencido que se lo pasaron muy bien, conocieron a mucha gente, consumieron mucha cerveza y la velada se alargaría hasta bien entrada la madrugada. Pero, ¿cuántos alquileres se cerraron?

Pasa lo mismo con las redes sociales en internet (Facebook, LinkedIn, Tuenti, Xing...). Todo el mundo se está dando de alta, creando su perfil, invitando a sus amigos, creando sus grupos y redes. Pero inmediatamente surge la pregunta: ¿y ahora qué?. No sabemos cómo utilizarlas. Pensamos que su finalidad es la de "hacer amigos" (o mantenerlos).

Quizás nos tengamos que desprender de ese sentimiento de culpabilidad al pedirle algo a un amigo. Señores, no nos estamos aprovechando de una amistad, sino generando una oportunidad beneficiosa para las dos partes (el que intente aprovecharse perderá un amigo y la oportunidad, claro).

Si los países latinos fuéramos capaces de canalizar nuestro buen hacer en el proceso, en las relaciones, con la orientación hacia el resultado, el resultado sería espectacular. Un éxito.

No hay comentarios: