miércoles, 28 de enero de 2009

Un mundo feliz

Parece que la única salida para la crisis financiera es una buena dosis de optimismo. Y Coca Cola se ha unido a esta tendencia en su nueva campaña, en la que ha sustituido "el lado Coca Cola de la vida" como eje por el "open hapiness" (nuevos anuncios, entre los que se encuentra la continuación de "la factoría de felicidad", y tres pases contratados para la Super Bowl en el que se incluirá por primera vez a la Coca Cola Zero).

  
Ahora bien, me preocupa que nuestros dirigentes políticos solo se dejen llevar por este "buen rollito". Recientemente escuchaba al Presidente del Gobierno animando a los ciudadanos a que consumieran. Y es curioso, ya que esta es la base de la teoría económica de la llamada "escuela de Chicago" tan criticada por nuestros dirigentes. El consumo, la demanda interna, como motor de la economía. Justo lo contrario de lo que promulga nuestro gobierno que aboga por un mayor intervencionismo del Estado. ¿En qué quedamos?
Parece que nuestro Gobierno por fin se ha dado cuenta de en qué consiste la deflación, al ver cómo los precios caen pero el consumo no se reactiva. Claro, el consumidor sigue esperando a que bajen más para comprar. Ejemplos claros en el sector de la construcción y de la automoción. El consumidor que ha perdido su empleo o al que la hipoteca no le deja respirar ni piensa en cambiar de coche o de vivienda, y el que tiene algo de liquidez sigue esperando a que los precios bajen un poco más. Círculo vicioso similar al que forma el agua al caer por el retrete. 
¿Hasta cuándo durará esto? El otro día afirmaba nuestro Presidente que estuviéramos tranquilos, que de esta saldríamos. Hombre, como se decía antiguamente "Dios aprieta, pero no ahoga". Algún día saldremos, pero no dijo qué estaban haciendo para ello. Vamos, que de la baja edad media también salimos...
Parece que está esperando a que toquemos el suelo lógico. Aquél que se produciría cuando las empresas finalizaran sus despidos, cerraran las que no lo han conseguido superar, y se finalizara el subsidio por desempleo de los "afortunados" que lo percibieron. Más o menos a mediados de 2010. Se supone que a partir de ahí estaremos tan mal que solo se podrá mejorar. 
De ahí que las únicas medidas adoptadas sean las de los discursos blancos, optimistas, que parece que a Obama le ha funcionado. Pero parece que todavía no le han enseñado que se puede ir a peor (nuestro segundo motor, y creo que nuestro avión solo tiene dos, el turismo empieza a fallar, el déficit público se dispara, nuestra balanza comercial da pena, perdemos credibilidad internacional por lo que nuestros créditos son más caros...).
Mientras en otros países están tomando medidas, aquí parece que nos quedamos cual camarón. Cantando y dormidos. Y ya sabemos que "camarón que se duerme se lo lleva la corriente", aunque igual la corriente que nos arrastra no es la esperada por nuestro gobierno, sino una parecida a la que se llevó a Japón por delante.

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