
Probablemente veamos una desaceleración del desempleo y de la caída de la actividad económica en los próximos meses. Comenzará el aluvión de buenas palabras y titulares en la prensa. Pero ojo con creeserlo. Me gustaría ver una comparativa entre estos meses de verano y los del año pasado con respecto al número de empleos creados, el número de turistas y el PIB generado.
Podemos estar ante el otoño más mustio que recordemos. Ojalá que no sea así y realmente se reactive el consumo privado, las entidades financieras comiencen a dar créditos, y la inversión pública se destine a actuaciones que realmente aporten valor.
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